A principios del siglo XX comenzaron a funcionar las primeras actividades industriales en el barrio de Nueva Pompeya.
La población que residía allí vinculaba su actividad en gran parte al trabajo de los mataderos.
Durante el proceso de industrialización por sustitución de importaciones, el barrio se transformó en netamente industrial y obrero, con la localización de grandes empresas . Además de éstas, talleres y medianas industrias, y por otro lado depósitos y viviendas unifamiliares, fueron definiendo la constitución de la edificación y usos de Nueva Pompeya.
Las construcciones residenciales, por ser de los trabajadores, se localizaron en las cercanías de las industrias.
A mediados de la década de 1970, el barrio entró en una crisis profunda por el proceso de desindustrialización. Muchas fábricas cerraron, y aumentó la población de las villas miserias, empeorando además las condiciones de vida de sus habitantes.
A distintas escalas se explican los causantes del deterioro por las políticas implementadas.
Por un lado, se restringe a nivel Ciudad la instalación de actividades industriales en una gran área alrededor del centro. Al mismo tiempo, a nivel aglomeración, se promueve la formación de parques industriales en las afueras de la ciudad. A nivel nacional se instaura una política de desindustrialización – industrialización selectiva, que lleva a un proceso de deterioro de las áreas industriales que en el período anterior estaban más favorecidas.
De todas formas, hoy Nueva Pompeya se ve de nuevo intentando re-activar la actividad industrial, por lo que se propone prestar especial atención en la temática para aportar en este proceso fundamental en la identidad del barrio.